Habitualmente utilizamos nuestro blog para ofrecerte información relevante relativa a la instalación de placas fotovoltaicas en tu empresa u hogar. El precio de la energía no para de subir y cada vez es más fácil optar por este tipo de instalaciones solares. Así que precisamente por ello hace algunas semanas te explicamos cuáles son las ayudas para el autoconsumo en 2023 y qué deberías tener en cuenta antes de instalar placas solares.
Sin embargo, hasta ahora todavía no hemos hablado de algo de gran relevancia: el origen de la energía solar fotovoltaica. La mayoría de personas sabe, en mayor o menor grado, qué es la energía solar. Pero lo cierto es que si preguntamos cuáles son los orígenes de la misma prácticamente nadie sabría responder. Y para que a ti no te suceda esto hoy vamos a hacerte un resumen de cómo fue el origen de la energía solar.
Orígenes de la energía solar fotovoltaica
Si hablamos de energía solar como tal, podemos retroceder años y años hasta sus primeros usos. Por ejemplo, los romanos utilizaban el vidrio para atrapar la luz del sol y retener el calor dentro de sus edificios. Sin embargo, si nos centramos en la energía solar fotovoltaica hay que avanzar bastante en el tiempo. Concretamente hasta el año 1838, momento en el que el físico francés Alexandre Edmond Becquerel descubrió el efecto fotovoltaico.
Este físico experimento con una pila electrónica con electrodos de platino y, sin pretenderlo, se dio cuenta de que al exponerla al sol la corriente eléctrica subía. Así que podemos afirmar que los orígenes de lo que conocemos hoy como energía solar se encuentran justo ahí. Aunque lo cierto es que fueron necesarias varias dosis de innovación para que llegara a convertirse en lo que es en la actualidad.
El siguiente paso llegó en 1873 con el descubrimiento de que la electricidad podía viajar a través del selenio si este estaba expuesto a la luz, algo de lo que se dio cuenta el ingeniero inglés Willoughby Smith. Más tarde, en 1877, William Grylls Adams continuó por este camino experimentando sobre el efecto fotoeléctrico en sólidos. Y en 1883 sería Charles Fitts el que desarrollaría el primer prototipo de placa solar.
La comercialización de placas solares
Aunque prácticamente nadie podía asumir su coste, en 1956 ya se comenzaban a comercializar placas solares. Pero sería una década más tarde cuando empezarían a popularizarse debido a un desplome del 80% en su precio. Inicialmente se utilizaban para fabricar satélites en Estados Unidos y la Unión Soviética. Y a partir de la década de los 70 su uso empezó a ir a más, hasta el punto de que también se utilizaba como fuente de energía para climatización, calentar agua y generar electricidad.
Desde entonces el precio de las placas solares cada ha ido decreciendo cada año. De hecho, en la actualidad son instalaciones muy rentables que pueden amortizarse en plazos de alrededor a 5 años, ya que permiten disfrutar de un ahorro en la factura eléctrica del 70%, llegando en algunos casos a ser incluso de hasta el 100%.